15.7.08

Breve encuentro

No fue por mi astigmatismo que hace que confunda lo que veo, aquello tenía todo el aspecto de un montón de moho casi semiesférico, pero de pronto asomaron de la semiesfera unas garras tamaño liliputiense, y me dí cuenta de que el montón de moho tenía vida. Me acerqué y focalizando comprendí que el objeto en cuestión era un polluelo de algo,un poco demasiado grande para gorrión, un pelín pequeño para paloma. Estaba sobre el parquet de la sala de exposiciones, entre cuadros y poesía de Eliseo Diego, y seguramente se había caído del techo. Un señor morrón, sí, porque el techo es altísimo. Deduje que era una cría de vencejo, cuando cae la noche el entorno es una sinfonía de chillidos y un permanente festival de vuelos rasantes y eufóricos. No podía dejarle allí, tenía el cuerpo cubierto de una pelusa oscura y en el canto de las alas le estaban naciendo plumas pero evidentemente no volaba. Fuera no había donde dejarlo, y sí cantidad de gatos, de modo que lo cogí con todo el canguelo del mundo -qué fácil es hacerles daño- y le dí un poco de agua con el dedo. Abrió una boca inmensa y la punta de mi dedo desapareció allí dentro, era como si la succionara una ventosa. Me lo llevé a casa en la mano, afortunadamente no estaba lejos. Mis sandalias nuevas quedaron tiradas de cualquier modo. Necesitaba la caja para hacerle una cama y resguardarlo del mundo. Mis gatos no se enteraron de la llegada del huésped, pero aquello duraría poco seguramente. Así que me encerré en mi habitación y le construí un nido con una toalla y trozos de una camiseta de algodón.Nunca crié un pájaro, pero mi padre sí...- uno de esos pollos de colores que yo compré sin consultar,siendo niña- y decía que necesitaban calor permanente cuando son pequeños. Agujereé la tapa y lo puse arriba del armario. Era domingo y tuve que localizar una farmacia de guardia para comprar jeringuillas desechables. Volví y logré darle una pequeña ración de pienso de gato con agua, pero se ve que aquello no era lo más adecuado porque escupía gran parte de la papilla. Lo chungo además, era que el bicho no veía nada, aún no tenía los ojos abiertos, y la cabeza le iba de un lado a otro sin control alguno, allí en el extremo de un cogote pelado, con lo que acertar al pico era difícilisimo. Lo dejé tapadito y me puse a rastrear datos por la red, crias de vencejos,fotos,lo que fuera. Y dí con un foro donde me enteré que se caen cantidad de los nidos, y había mogollón de mensajes tipo ¡Ayuda,he encontrado un polluelo de vencejo!!!¿qué hagoo?
Y daban consejos,sí señor, pienso de gato con agua...carne de cerdo fresca en miniporciones (no tenía)comida de loros, etc etc. Pero lo mejor: teléfonos de asociaciones que los recogen:)))
De modo que con el futuro más luminoso fué pasando el día y yo abrí la caja para ver si sobrevivía el pollo, no sé , cantidad de veces. Cada vez me recibía con una especie de vibración, un proyecto de ese chillido que lanzan en el aire y que te hace sonreír. Intenté darle más de comer, pero sin éxito, lo que sí aceptaba encantado eran gotitas de agua, le apoyabas la jeringuilla en la punta del pico y se quedaba quieto tragándolas. Era tan feo el jodido y tan entrañable que si no hubiera sido tan frágil le hubiera dado un achuchón, jejeje.
Bueno, resumo, dormí poco con la caja al lado de la cama,(la caja sobre una bolsa de agua calentita) y lo oía vibrar suave, suave para luego dormirse(supongo)
A primera hora de la mañana llamé y me explicaron que es un pájaro protegido y que debía dejarlo en la caja y darle agua con azúcar para hidratarlo. Y que vendrían a buscarlo esa misma mañana. Y sí, vino un tío muy amable y flipó de lo pequeño que era (menos de una semana)y se lo llevó a su nuevo y provisorio hogar.
Hoy llamé y me dijeron que está bien, que le crecerán las plumas y lo soltarán para que vuele a Africa junto a sus colegas. Ya se están marchando, así que supongo que cogerá la cola del tren...eso espero. Ha sobrevivido a un morrón de espanto, a la deshidratación, a mi inexperiencia...supongo que quiere vivir.
Dentro de dos semanas, más o menos, llamaré de nuevo y miraré como siempre hago a los vencejos. Tal vez uno de los que cruzan el cielo cazando y chillando, ebrios de azul y bailando con las corrientes de aire sea ese montoncillo de moho con garras que me encontré hace dos días. Espero que le vaya bien y que cuando se anuncie la primavera regrese y anide aquí cerca. Yo nunca olvidaré nuestro breve encuentro.
Ah, por si os encontráis con uno, éste es el teléfono para Barna: 935740036.

23 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Dalia el día que no pueda con mi alma ya sé donde dejarme caer.

:)

Besos.

meridiana dijo...

qué bueno Dalia! un vencejito más sano y salvo, porque si no te lo llevabas vos, creo que no contaba el cuento pobre.

esa fragilidad de los animales, cuando uno se topa con ellos en situaciones como ésta, yo no puedo
dejar de conmoverme.

sonreía al llegar al final cuando decís que llamaste a una asociación que se encarga de los vencejos. acá lamento decirte que ya es una lucha que un gato o un perro que encontrás en situaciones miserables, pueda tener la posibilidad de recuperarse, ni te cuento un pájarito...

te mando un abrazo

Lilián

Lena yau dijo...

Qué bella Dalia...

No todos dedican el tiempo a los otros,

mucho menos a los animalitos...

Te imaginé, dulce...

Un beso,

Un aplauso también.

Margot dijo...

Sabes que los vencejos nunca paran de volar? ni siquiera para dormir...

Es que últimamente estoy de puesta en pájaros, jeje.

Seguro que ese pajarillo llegará a Africa y recordará una cara grandota y extraña que sin embargo le cuidó. Vale, imagino que no le dará para tanto la memoria pero a este seguro que sí!!! jajaja.

Besote alado!!

ybris dijo...

Suerte tuvo el vencejillo de encontrarte.
Ya tienes una hornacina en el paraíso de los vencejos.

Besos.

Kaloni dijo...

Que bien que el vencejo cayera en buenas manos, que si no...

Un beso.

Patricia Angulo dijo...

Ay se me borró el comentario :((

Te decía que este relato te pintaba de cuerpo entero y te dejaba ver tan linda...

Ah y te dejaba un achuchón, que supongo que es un abrazo, no?

Besos y vencejos volando :))

MORGANA dijo...

Dalia, qué emoción, según iba leyendote, te iba imaginando, el pequeñin en la caja de zapatos, los gatos sospechando (eso hubieran hecho los mios)
qué hermoso¡¡¡¡¡ me has emocionaó joia.
Encuentro breve pero intenso, de los que no se olvidan.
No le grabaste?
Besos preciosa***

Viv. dijo...

Le regalaste una vida!! Y un largo vuelo!
Te abrazo fuerte, niña generosa.

Waiting for Godot dijo...

Tuvo tanta suerte en encontrarte, que maravilla, estoy feliz con este post. Y pienso igual que el Toro. Un besito.

atikus dijo...

Quizás los pájaros en plan peli de hitchcock puedan ser malos o las palomas que no me caen muy bien, pero en general me parecen encantadors, vi hace poco un concurso de pajaritos cantores, ...ademas que voy a decir yo mi peli favorita es "matar a un ruiseñor"

Pete Vicetown dijo...

El vencejo volverá. Seguro.
Siempre volvemos.
Solo tienes que dejar la ventana abierta.

Un beso.
Pete Vicetown.

Anónimo dijo...

Acciones tiernas como éstas son las que me hacen creer que no todo está perdido.
Sois grande, madame.
Saludos

Anónimo dijo...

Me he permitido leer un montón de tus posts. No entiendo cómo puedo haber estado tanto tiempo sin haberte descubierto.

♥♠Maga♣♦ dijo...

Qué bello espacio...he caido aqui por casualidad...esas en las que a veces me cuesta creer.

Un beso

Tanhäuser dijo...

Mi querida Dalia. ¿Sabes que me ha conmovido este post?
Salvaste una vida, preciosa mía. Ni más ni menos que una vida.
Siempre te he tenido como una mujer adorable, pero hoy lo has bordado.
Gracias.
El más sincero de mis besos va volando hacia ti.

OddBall dijo...

Cierto es que la gente que los mipoes cuando nos quitamos las gafas vemos cosas muy divertidas a veces.

Anónimo dijo...

Querida Dalia, eres toda bondad.

Ojala que cuando vuelva, anide cerquita de quien le salvo.

Y tu que lo veas.

Un fuerte abrazo amiga, la sensibilidad salva a veces al mundo, o al menos lo hace parecer menos feo.

Kay dijo...

Bondadosa Dalia, que Krishna (o la deidad que tú elijas) guarda tu karma de vencejo en los nidos de Montjuic...

Petons madrileños!

Kay

Tanhäuser dijo...

Echo de menos tus posts, Dalia. Publica algo, porfi, porfi, porfiiii.
Besos impacientes.

MaLena Ezcurra dijo...

Qué bella alma hay en vos, me siento invadida de ternura, no sé es una caricia a tantos que van ciegos por ahí.

Te beso niña de manos blandas.


MaLena

Ana Estu dijo...

Hola Dalia.

Que hermoso es esto que contas, como la vida, frágil y todo, se abre paso a traves de la desoladora brutalidad del mundo... con una ayudita de los amigos, claro.

¿Que se siente tener ahijados de otra especie?

un beso.

La Gata Insomne dijo...

es cierto, esta historia habla de ti, más que del pichón
y me uno a la cofradía de los abandonados
si alguna tarde aparece una Gata apaleada a tu puerta debes saber que soy yo, que no necesito más que un tinto y un achuchón

(sí que son horribles recién nacidos)