10.1.13


Este sol inclemente con la pena
la desmenuza
como hizo con la bruma
a la mañana.
Miro mi mano
antes contraída
ahora plena de luz,
abierta ante mis ojos.
Y pese a que una sombra
se posó en mi ventana
hace ya mucho
mostrándome los dientes,
me digo: aún corre la sangre
y hay aliento.
Aún hay tiempo.