11.11.13

Réquiem

La tierra era seca y dura pero estaba cubierta de pequeñas florecillas blancas.
Hicimos un hoyo no demasiado profundo a prudente distancia de otros árboles.
La azada pasó de mano en mano pero fué tu amigo del alma el que tuvo más fuerza para cavar.
N. traía un limonero que creció a partir de una semilla.Pequeño pero enhiesto y de un verde intenso.
Abrimos la urna y derramamos tus cenizas en el hueco oscuro.
Pequeños fragmentos de lo que fué tu traje en este mundo cayeron uno tras otro.
Un trozo con forma de flor o estrella se destacó del resto.
Parecía querer decirnos que allí estaba la promesa de futuras flores y frutos.
Tus amigos y yo cuidaremos del árbol.
No sabemos si tu alma continúa su viaje, somos agnósticos.
Pero creemos en la inmortalidad del átomo y en tu vida, círculo perfecto ya, que ilumina nuestra memoria.