23.5.07

Necesito música, música, música... Y el olor punzante de las naranjas amargas esperando las tijeras. El sonido de mis pies descalzos y mojados corriendo sobre asfalto caliente. Y las risas estallando en el aire. Unos ojos amigos que me acompañen mientras miro el cielo entre las hojas de los altos plátanos... Así, tranquilamente...livianos como nubes que se lleva el viento, como pájaros emigrando hacia el norte. Y música, música, música.

14.5.07

¿Por qué os habéis muerto, cabrones?

Vuestra muerte me ha dejado sin protección frente al mundo.
Como en un segundo nacimiento, su doble contracción brutal me sacó del refugio y me lanzó a los leones, a la despiadada luz de un universo inhóspito donde hay astillas invisibles que laceran la vida.
Ahora soy parte de la primera fila en este frente, soy adulta sin quererlo. Debo entregar mi mente y mis tripas en sacrificio a un dios sin alma.
Hago esfuerzos, os lo juro, denodados esfuerzos por recuperar el paraíso...Me digo, aguanta un día más, salta por encima del horror de tus batallas, mírate y mira, la mayor parte de la gente está igual o peor que tú, mira las pateras, mira ese jersey rojo y esa melena negra lapidados y empapados de sangre, mira los viejos, mira, mira, mira, mira como algunos ni siquiera están a causa de otros. Mira la paz de los sepulcros.
Pero las llagas de este escenario infame no son un consuelo, son los trozos de piedra que me lanza el enemigo sin rostro que prescinde de mí, de mi humanidad, de la criatura alegre y sensual que fui.
Y estoy tan cansada...
Confiado y firme era mi paso asida a vuestra mano, y ahora me desoriento intentando encontrar el camino a casa.
Y lo peor, la náusea.
Me dicen, y tal vez sea cierto, que mi casa está dentro, que la llevo conmigo en mi corazón, pero por más que abro la puerta y os llamo, allí solo hay habitaciones vacías y el frío hedor del abandono.
Que mundo de mierda, éste.
Y os habéis ido, vosotros,cabrones, que lo hacíais soportable, y a veces, hasta hermoso.