11.9.07

Efímero

Solo a veces, contadas veces
la fortuna nos brinda
la esperanza,
el atisbo de un rostro
imaginado en la oscuridad
de noches solitarias
Y superpone
caras soñadas
y carnales.
Lilith o Abraxas,
las grandes sombras
nunca alcanzadas
se acercan levemente
y nos susurran al oído…
Caballos salvajes
nos galopan las venas
Chispas sobre negro
Y el corazón se detiene
y canta
ante la caricia dorada y suave
de los ojos que te contemplan
recreando sus propios sueños
Pero la luz del día
no da tregua
quiebra las alas de la magia
y deja, descarnada y seca
la osamenta del desencanto…
No hay amores eternos.