Repito post...nunca me canso de leerlo.Me inspira.Me hace feliz.
Creo en Pablo Neruda, todopoderoso
creador del cielo y de la tierra
Creo en Charlie Chaplin
Hijo de las violetas y los ratones
que fué crucificado, muerto y sepultado
por el tiempo, pero que cada dia resucita
en el corazon de los hombres
Creo en el amor y el arte
como vias hacia el disfrute de la vida perdurable
Creo en los grillos
que pueblan la noche de mágicos cristales
Creo en el amolador
que vive de fabricar estrellas con su rueda maravillosa
Creo en la cualidad aerea del hombre
configurado en el recuerdo
de Isadora Duncan
abatiendose como una purisima paloma herida bajo el cielo del Mediterraneo
Creo en las monedas de chocolate
que atesoro bajo la almohada de mi niñez
Creo en la fábula de Orfeo
Creo en el sortilegio de la musica
yo que en las horas de mi angustia vi
al conjuro de la pavana de Fauré
salir liberada y radiante
a la dulce Euridice del infierno de mi alma
Creo en Rainer Maria Rilke
héroe de la lucha del hombre
por la belleza, que sacrificó su vida
al acto de cortar una rosa por una mujer
Creo en las rosas que brotaron del cadaver adolescente de Ofelia
Creo en el llanto silencioso de Aquiles
frente al mar
Creo en un barco esbelto y distantísimo
que salió hace un siglo al encuentro de la aurora
Su capitán Lord Byron
al cinto las espadas de los arcángeles
y junto a sus sienes
el resplandor de las estrellas
Creo en el perro de Ulises
y en el gato risueño
de Alicia en el País de las Maravillas
En el loro de Robinson Crusoe
En los ratoncitos que tiraron
el carro de la Cenicienta
En Beralfiro, el caballo de Rolando
y en las abejas que labran
su colmena dentro del corazón de Martín Tinajero
Creo en la amistad
como en el invento mas bello del hombre
Creo en los poderes creadores del pueblo
Y creo en mí
puesto que sé que hay alguien
que me ama
Perdí mi corazón en el centro de un complejo laberinto y no recuerdo la ruta ni existe un hilo de Ariadna que me guíe. Se comieron las migas los pajaritos y una bruja de dedos largos y huesudos me hunde el índice entre las costillas para ver si estoy a punto y descorazonada irremediablemente. La vieja se ríe quedamente, sabedora de que mi mal no tiene fin, cazadora de imposibles, solitaria y nómada hasta cuando mis huesos sean polvo mezclado con el viento.