Perdí mi corazón en el centro de un complejo laberinto y no recuerdo la ruta ni existe un hilo de Ariadna que me guíe. Se comieron las migas los pajaritos y una bruja de dedos largos y huesudos me hunde el índice entre las costillas para ver si estoy a punto y descorazonada irremediablemente. La vieja se ríe quedamente, sabedora de que mi mal no tiene fin, cazadora de imposibles, solitaria y nómada hasta cuando mis huesos sean polvo mezclado con el viento.
1.4.11
Verde;
Encontré ajos silvestres en la montaña
y unas flores extrañas de color rosado
al lado de una higuera
La flor del ajo es hermosa
y los dientes, pequeñas perlas tiernas.
Ya en casa,
puse las flores en agua
y me fui a la cocina.
Música afilando el cuchillo
Música y el agua cayendo
sobre espinacas frescas
(sartén, aceite virgen un poco de sal)
La música saltaba en mis oídos
suave y rítmica
Comencé a picar ajos
El filo del cuchillo contra la madera
reforzaba la percusión
Sí,
los ajos te regalan su aroma
y tus pies se mueven
mientras el chic chac
resuena en el ambiente
-el fuego baila contigo-
Los doras
y el verde intenso de las espinacas
se une a la melodía
Y sabes
que quien pruebe ese plato
sonreirá mientras come.
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