Perdí mi corazón en el centro de un complejo laberinto y no recuerdo la ruta ni existe un hilo de Ariadna que me guíe. Se comieron las migas los pajaritos y una bruja de dedos largos y huesudos me hunde el índice entre las costillas para ver si estoy a punto y descorazonada irremediablemente. La vieja se ríe quedamente, sabedora de que mi mal no tiene fin, cazadora de imposibles, solitaria y nómada hasta cuando mis huesos sean polvo mezclado con el viento.
9.1.06
Los superhéroes no vendrán a salvarnos.
La vida no es un cómic donde Spiderman nos rescata de mutantes malignos.
Al mismo tiempo, el mundo en el que vivimos sí parece una historieta creada por un ilustrador loquísimo que acentúa los rasgos de sus criaturas hasta lo increíble.
Miraba el otro día un episodio de Superman, ese hombre que una y otra vez salva a la humanidad de las catástrofes provocadas por Lex Luthor, y recordaba también al malo de Batman, el pingüino, y a tantos otros malos de ficción capaces de convertir a la tierra en un páramo, en un bloque de hielo gigante, en una pelota ígnea desprovista de vida...
Se me ocurrió que todo esto palidecía al lado de los malos que ocupan los sitios de poder del planeta, vamos, que ni al más imaginativo de los dibujantes se le hubiera ocurrido un Rumsfeld, un Castro, un Kim Il Sung, un Bush...y cantidad de personajes ( no he encontrado ninguna excepción, la verdad) al lado de los cuales el pingüino es un angelito.
Gente siniestra que si no hacemos algo para variar la dirección de la historia nos dejará asados por algún desastre nuclear, envueltos en una nube de polvo sin nada que comer porque nuestro hogar será un desierto, prisioneros de alguna "guerra preventiva" determinada cuando hayan decidido que no les convenimos, que nuestro libre albedrío no es compatible con su existencia. También pensé que preferimos, (al menos la mayoría), esconder la cabeza debajo del ala para no ver estas cosas, como en un carpe diem kamikaze, como si la historia no fuera con nosotros, cuando tarde o temprano (si no ahora) terminará yendo, y casi con seguridad, en contra de nosotros.Y no vendrán el Capitán América, o Superman, o Songoku a sacarnos las castañas del fuego, por más que lo esperemos.
No se producirá el milagro de naves alienígenas que bajando a la tierra, y tripuladas por seres de infinita sabiduría, nos muestren el camino correcto. Porque si existe el milagro, como alguien dijo una vez, éste es hijo de la acción.
Tiene que producirse una correntada que fluya en dirección opuesta a la que lleva el ser humano, esa correntada existe, aflora y se muestra en alguna movida pero vuelve a sumergirse, seguramente también se puede ver en miles de pequeñas acciones que se llevan a cabo en todos los lugares del mundo todos los días, momentos de amor, de solidaridad, de peraltar a la gente por encima de cualquier otro valor...pero es necesario que todo esto confluya y como un torrente pacífico pero aniquilador de todas las miserias de este sistema corrupto se ponga en marcha y derrumbe lo que hace infeliz al ser humano.
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2 comentarios:
Debemos convertirnos cada uno de nosotros en Superhéroe, y desde nuestros humildes papeles en la vida, hacer gestos cada día, capaces de salvar esta humanidad.
La unión hace la fuerza.
Saludos
Un saludo, Rodolfo.
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