Cuando te leo
hundo la nariz
en la almohada
de la niñez
Y se presenta
mi casa,
un patio lleno de sol,
una lluvia de ranas,
abejorros zumbando,
juegos con agua...
Los pies descalzos
sobre las baldosas
calientes
y
tu risa.
El olor a verano...
Cada vez
que leo tus cartas,
esa letra apretada
y redonda,
pequeña...
Extraño tu mano
tu voz
en la cocina
cantando
Si huelo el papel
te huelo a ti,
a los dorados
frutos robados
de una higuera
Hundo la nariz
en algodón de azúcar
bañado en lágrimas
4 comentarios:
Esta mañana con esta poesía me has robado un trozito de alma, y otro del corazón.
Preciosa flor hermosa.
Bueno, espero que no haya penas por esos robos.Ya decía yo que hoy me notaba el corazón más grande;)Se habrá sumado el trozo tuyo.Venga, te lo devuelvo para que no sientas que te falta algo.Pero con un abrazo :)
No se que he hecho con mi respuesta, se ve que alguna clase de lío :(
porque primero ha salido repe, y ahora no la veo.
Bueno, besos de parte de este desastre.
Me ha pasado como con la rosa del cielo...creí ver un comentario tuyo, poeta, pero ya no lo veo.
No sé que ha sucedido, (ayer tuve problemas con este blog), pero quiero que sepas que, si pusiste algo aquí y no está, no he sido yo quien lo ha borrado.Un beso.
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