Era un laberinto sin Minotauro
y tú y yo desenredábamos el ovillo
de la memoria.
En su núcleo la infancia compartida:
yo te guiaba cuando te perdías
tú a mí cuando no encontraba el camino.
Era extraño ver esa rèplica de mi cara en la tuya
-¿o viceversa ?
pero tus ojos de un inconcebible verde claro
rompían el espejo,los míos son marrones.
Tanto tiempo hermano...tanto
y en un segundo se saltaron abismos.
Mientras el mar sonaba mansamente
en la oscuridad, más allá del ventanal
compartimos la cena con generaciones.
Los espíritus danzaban alrededor de la mesa...
Y estoy segura: brindaban por nosotros.
8 comentarios:
Yo también estoy seguro.
Quién no brindaría ante ese acontecimiento?
El tiempo saltó en pedazos.
Besos desovillados.
Una cena primordial, un momento de entendimiento cabal. Somos uno, somos otro, con el tiempo fantaseando que avanzamos. Besos. Y brindo por esa alegría.
Claro,como no vamos a brindar, por vos, por tu hermano y por todos los espíritus que, en definitiva, somos todos la misma gente
Un placer leerte dalia
un super placer
joder me pusiste la carne de gallina con el reencuentro.
brindo por los reencuentros llenos de amor como el vuestro!
Yo también estoy segura Dalia, un abrazo.
Otra vez me estremeció
Dalia, !! que bello es brindar¡¡¡, por lo que sea,¡¡¡ Un abrazo para tí.
Y yo brindo por ti, Dalia , para que sigas con tanta vida , iluminándonos con tu blog, abrazos.
Publicar un comentario