En medio de esta lluvia mansa
que me deja perlas diminutas en el pelo
Aspirando ese verde olor húmedo
me convierto otra vez en la niña
salvaje y solitaria
explorando el jardín de la abuela.
Dulce el aire frío
colándose entre las ramas del ciruelo vecino
fruta prohibida robada escalando la pared en verano.
Sapos gordos croando entre la fronda
Y aquellas fascinantes flores azules…
Caracoles dejando estelas en las hojas del lirio
Y la vibrante flecha tornasol del colibrí
cuando la siesta chirriaba de sol y de alegría.
Gatos grises de ojos dorados
señores de los cuentos de hadas
que un dia se fueron, tal vez a Nunca Jamás
como la niña, calcetines caídos
que me mira desde esa lluvia mansa.
Ella, yo…
Fundido en verde.
4 comentarios:
Tú.
Y tu corazón.
Lo único hermoso del dia.
Besos.
Siempre tú, incluso bajo la lluvia y con los calcetines caídos...
Todos tenemos esas imágenes que nos hacen parte de un paisaje con el que una vez nos descubrimos. Basta un ambiente de nostalgia para llevarnos allí.
Afortunadamente. Lo que hoy somos no lo seríamos sin esos posos.
Recuerdos en los que nos sentimos tan a gusto como en un sueño plácido.
Besos.
Hola, Dalia.
Hacía tiempo que no leía nada tan bonito.
Yo también tuve un jardín y unos calcetines caídos.
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