Chernóbil arde aún
Y Fukushima
Su envenenada llama
Circulando en silencio
por las espigas y los ojos
los peces y las motas de polvo
que bailan
-gráciles-
en el aire de octubre
rastreando el camino
a los pulmones,el cerebro
los huesos.
Arden,
lo harán por siglos,
Perpetuando el mal
en la tierna carne de los niños.
Jovencito estúpido
dile a una víctima
que la nuclear es energía limpia.
Dilo ahí, en Chernóbil
(si te atreves)
O mejor,
dilo en Hiroshima,
en cuya memoria yacen
la agonía y el grito.
Llaga del mundo
no curarás jamás
si se cierran los ojos
a tanta evidencia.
Y Fukushima
Su envenenada llama
Circulando en silencio
por las espigas y los ojos
los peces y las motas de polvo
que bailan
-gráciles-
en el aire de octubre
rastreando el camino
a los pulmones,el cerebro
los huesos.
Arden,
lo harán por siglos,
Perpetuando el mal
en la tierna carne de los niños.
Jovencito estúpido
dile a una víctima
que la nuclear es energía limpia.
Dilo ahí, en Chernóbil
(si te atreves)
O mejor,
dilo en Hiroshima,
en cuya memoria yacen
la agonía y el grito.
Llaga del mundo
no curarás jamás
si se cierran los ojos
a tanta evidencia.