Perdí mi corazón en el centro de un complejo laberinto y no recuerdo la ruta ni existe un hilo de Ariadna que me guíe. Se comieron las migas los pajaritos y una bruja de dedos largos y huesudos me hunde el índice entre las costillas para ver si estoy a punto y descorazonada irremediablemente. La vieja se ríe quedamente, sabedora de que mi mal no tiene fin, cazadora de imposibles, solitaria y nómada hasta cuando mis huesos sean polvo mezclado con el viento.
4.2.05
Ya se siente
Ha llegado Carnal entre un frío revuelo de plumas blancas y una corriente subterránea recorre el pueblo pugnando por emerger como una gran anaconda... cuerpo de lentejuela y purpurina, ojos de vodka y fuego. El domingo sacará su gran cabeza entre la gente y bailará hasta consumirse.
Me encanta esta fiesta...
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