Perdí mi corazón en el centro de un complejo laberinto y no recuerdo la ruta ni existe un hilo de Ariadna que me guíe. Se comieron las migas los pajaritos y una bruja de dedos largos y huesudos me hunde el índice entre las costillas para ver si estoy a punto y descorazonada irremediablemente. La vieja se ríe quedamente, sabedora de que mi mal no tiene fin, cazadora de imposibles, solitaria y nómada hasta cuando mis huesos sean polvo mezclado con el viento.
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3 comentarios:
¿Añoras la pasión, la creación, el fuego, el amor?
Un abrazo.
Caray, que lirismo mas inspirado tiene tu prosa. Hermosa manera de escribir un paseo sin destino prefijado. Un paisaje verde espeso y frondoso que te acoge en su regazo con el calor de una sombra calida i luminosa, que no tenebrosa y oscura. Jurrr, perdón, es que yo a veces me engancho a las cosas por mimetismo. Pero me ha quedado más postizo al ser un poco forzado. Ejem. Salut i republika bananera.
Precioso*
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