Perdí mi corazón en el centro de un complejo laberinto y no recuerdo la ruta ni existe un hilo de Ariadna que me guíe. Se comieron las migas los pajaritos y una bruja de dedos largos y huesudos me hunde el índice entre las costillas para ver si estoy a punto y descorazonada irremediablemente. La vieja se ríe quedamente, sabedora de que mi mal no tiene fin, cazadora de imposibles, solitaria y nómada hasta cuando mis huesos sean polvo mezclado con el viento.
12.9.05
Olaf Stapledon."Hacedor de estrellas"
"Recordé los enjambres de estrellas invisibles.Recordé el tumulto de odio, temor y amargura que es el mundo del hombre.Recordé también, nuestras dimensiones, no poco frecuentes.Me dije que desapareceríamos muy pronto, como una onda que la brisa ha dibujado en el agua tranquila.
Una vez más percibí ese raro contraste entre las estrellas y nosotros.La incalculable potencia del cosmos acrecentaba misteriosamente la verdad de nuestra breve chispa, y el breve e incierto destino de los hombres.Y éstos a su vez aceleraban el cosmos.
Me senté en las hierbas.Arriba retrocedía la oscuridad.Y en la liberada población del cielo asomaba estrella tras estrella.
Las sombrías colinas y el mar invisible se extendían alrededor hasta perderse de vista.Pero el halcón de la imaginación las seguía mas allá del horizonte.Sentía que yo estaba en una mota de piedra y metal, envuelto en una delgada película de agua y aire, y que giraba a la sombra y a la luz del sol.Y en la superficie de esa mota enjambres de hombres. en generaciones sucesivas habían vivido en el trabajo y en la ceguera, con intermitente alegria, e intermitente lucidez.Toda su historia, sus migraciones, sus imperios, sus filosofías, sus orgullosas ciencias, sus revoluciones sociales, su necesidad cada vez mayor de una vida en comunidad, eran sólo una chispa en un día de las estrellas.
¡Si uno pudiese saber, pensé. si en esa hueste centelleante había,o no,aquí y allí, otros granos de roca y metal habitados por el espíritu, y si los titubeos del hombre en su persecución de la sabiduría y el amor eran sólo un estremecimiento insignificante, o parte de un movimiento universal!
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2 comentarios:
Vaya que sabes elegir bien los textos. ¡Qué pasada!
Un saludo.
Joder... es cierto. genial el texto dalia negra
un beso
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