Soy como una casa antigua
sin demasiado mantenimiento
Con puertas y ventanas
que chirrían por el tiempo y el uso.
Tengo un desván cada vez más grande
donde se acumula el desencanto
y la porcelana del recuerdo
se vuelve craquelé
crujiendo en la noche
mientras se rompe
en finísimos pedazos
10 comentarios:
A mí me pareces una mansión.
Acogedora.
De ensueño.
Besos.
Cuando el desencanto y el pesimismo se cuelan bajo la rendija de tu puerta, conviene abrir bien las ventanas, que la luz de la primavera invada todos los rincones, renovar la pintura de las paredes con colores vivos, cambiar los viejos grifos oxidados que gotean en la soledad de la noche, poner muebles nuevos para evitar la carcoma... Al final, será la misma casa pero remozada, parecerá otra.
Un saludo.
juraría que más de uno querria habitarla
por ejemplo Toro
a ver si me equivco
besos
así no eres...así te sientes, así estás, pero te puedo asegurar...así NO ERES.
Un abrazo con calor de hogar...me he sentido así, de vez en cuando,cada vez más esporadicamente, pero lo he sentido.
Las casas antiguas tienen un encanto especial, único, para mi como para muchos son las mas atractivas y si tienen un jardincito de amapolas en el frente, ya son palabras mayores!
Besos Mansión :))
Aveces las casas solariegas necesitan una pequeña reforma, una ayudita, pero el encanto que tienen no lo tienen las nuevas eso es indiscutible, ni su historia, sabiduría, cariño, etc...sin duda un lugar donde habitar y quedarse para algo más que pasar unos días
besitos
Digo yo ; que trabajo en inmobilaria esa mansion que describes esta a la venta?
se siente muy acogedora
un beso
Che, parece la mansion destartalada de petronila. jaja.
somos mellizas. besos
petra
Algo de eso somos todos.
Lo que tenemos de desvencijado tratamos de suplirlo con lo acogedor.
Tú desde luego lo consigues.
Besos
Guardaré allí a les golfes
els vells records escantonats
com les peces de porcellana
que queden de l’àvia.
Mirant entre la boirina
de la pols que va caient
i filtrant els rajos de llum
que el sol pinta
en aquesta tènue pantalla
de fines motes
que baixa lentament
del sostre.
Com lentament
em venen a la memòria
les teves paraules
i els gestos tant teus
com pinzellades
d’original artista
que em va redescobrint
el passat.
Tinc el cos
com aquella vella casa
que en va acollir
en els dies llunyans
de la nostra coneixença,
la pell esquarterada
i plena de plaques
de tots colors,
la memòria plena de forats
i els ossos cruixent a cada pas,
però em queda la teva olor,
per damunt d’humitats,
i mai marxarà
dels meus llavis
el regust dels petons
que ens oferirem
en tots aquells racons.
Sóc vell,
tan vell com el meu món,
i tots dos vivim del record
i de l’oblit,
fins que nosaltres mateixos
siguem oblit o record.
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