A veces te encuentras ante un cruce de caminos:
cualquiera de los dos puede ser acertado
o terminar destrozándote mientras
caes al abismo
Tampoco es tan trágico como lo pinto,
unos golpes más, alguna frustración
que va al cajón del desacierto
ya lleno hasta los bordes.
Y a seguir viviendo.
Pero la cosa es que delante de esa encrucijada
tú notas que te surje el miedo,
que crece en ti sobre todo a la noche
cuando tienes tiempo de pensar
o cuando no tienes mas remedio que pensar
porque tu mente va hacia el cruce
como la lengua hacia una caries.
El miedo enraíza en tierras profundas,
fértiles, lo oyes crepitar en la oscuridad
subiendo por tu columna como una
siniestra enredadera,
invadiendo tu estómago,
generando espléndidas flores negras
muertas al nacer
que tú cortas cada mañana
formando un ramo que adorna
la casa que no muestras
a ningún invitado
Pero también, de vez en cuando
por ejemplo hoy,
te dices que si no lo intentas
habrás muerto como esas flores
y habitarás solitario en la casa secreta
del miedo
para siempre.
Comprendes de pronto
que tal vez no importen tanto
el abismo o el éxito,
sino ese único
pequeño paso
con el que aniquilas
la funesta simiente.
17 comentarios:
Quizás sea eso Dalia.
Aniquilar la funesta simiente.
Abismo o éxito... con el tiempo todo es relativo.
Lo he visto muchas veces, en mí, en otros, alegrías que duran un tiempo, se asimilan y se olvidan, luego la garra negra, con cualquier excusa llega y un día estrangula al alegre y a lo que sentía.
Todo es relativo.
Pero no se puede vivir siempre con miedo.
Hay que hacer algo para derrotarlo.
Aunque duela.
Suerte.
Besos.
AY que me duele esta entrada porque es tan cierta y lo que dice Toro Salvaje más.
Lo pero es que duele tomar decisiones sobre todo cuidando el corazón, pero inevitablemente sufrirá.
Un abrazo
Miedo, incertidumbre, dolor, abismo...
ay Dalia
creo que todos o casi todos hemos pasado por esas circunstancias.
Solo deseo que el camino salga a tu encuentro ante esta encrucijada.
Recibe mis saludos querida Amiga!
Adal
Grandeza del reto de las encrucijadas:
Entre la voluntad de seguir y el miedo de elegir acecha el deseo de aniquilar la funesta simiente.
Y seguir andando.
Besos,
El abismo no me gusta, a quién? las encrucijadas... tampoco, claro, me desconciertan... y sin embargo no podríamos vivir sin ellas, elegir es decidir y es crecer...
El miedo, ese es otra historia. Otra historia en la que también hay que crecer y que le den!! jeje
Besos pócima woalá, Soplillo!
No tengas miedo de vivirte.En la noche donde nace este momento de inquietud que es sentirte,vívelo con todos los destellos a los que llegue la totalidad de tus sentidos. Ve siempre hacia tu verdad, siempre.
Besos.
Lo importante es seguir andando, aunque el camino sea largo y sembrado de dificultades. Andar es estar vivo. Si no recorres ese sendero, siempre lo lamentarás y te lo reprocharás. No te lo perdonarás nunca.
Dalia se del miedo que hablas, ese que sube por los costados y estrangula la mente.
es terrible pero con suerte llega el dia en que decides que ya no quieres ser abrazada mas por el.
Y el camino se ensancha...
Me encanto este post amiga.
Un abrazo muy fuerte.
Qué paso decisivo, cómo nos cuesta soltar esa pesada mochila! La vida se vuelve aventura y ya no hay sueños sino ¡hechos!
Besote.
El miedo, el miedo, el miedo...¿Qué hay de malo en él, en en vivirlo, en sentirlo subiendo por las entrañas? ¿Qué hay de malo en él, si a veces ese miedo es el único camino verdadero que nos lleva a plasmar sobre un papel las maravillas que nos aquejan?
Ese miedo puede ser un buen aliado de la pluma y el papel, del prosista y del poeta, de la mente retorcida y cruel del escribano.
Un saludo...
pero solo puedes tomar uno.
Veni que te doy un abrazo
Petri
La libertad es la que nos hace tener miedo, es duro y bello a la vez, caer en la equivocación es humano, peor sería no tener la posibilidad de elegir, no sentir, no tener miedo...
besos al borde del camino
Y usted, a donde esta?
Petronila
pd me escribi un cuento re noir, dalius, para temblar de miedo. besos
Lo has dicho tan bien, tan clarito que ni falta hace que yo diga nada, sólo ponerme de pie y aplaudir por tan lúcidas palabras.
Y aniquilar la funesta simiente, no queda otra, esa casa con flores muertas que no mostrás a nadie, tirala abajo como puedas.
Te lo digo yo, que he tirado casas como esas a montones.
Un fuerte abrazo.
Muchas veces en la vida nos encontramos en esas encrucijadas donde tenemos que elegir entre dos o más caminos. Sólo tenemos que escuchar a nuestro corazón y no nos equivocaremos. Allí es donde se oculta la única verdad.
Mis saludos desde Ángel Poético.
Dalia, hermoso leerte. Te leo en el instante que disfruto, que luego vendra otra sensación y asi continuanemnte.
La clave... saber aprovechar las cosas que nos hacen bien.
Te abrazo
MentesSueltas
Gracias, Dalia, en verdad...
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