La sentencia a la "manada":9 años por abuso.
No se reconoce la violación.Cabronazos todos.
Perdí mi corazón en el centro de un complejo laberinto y no recuerdo la ruta ni existe un hilo de Ariadna que me guíe. Se comieron las migas los pajaritos y una bruja de dedos largos y huesudos me hunde el índice entre las costillas para ver si estoy a punto y descorazonada irremediablemente. La vieja se ríe quedamente, sabedora de que mi mal no tiene fin, cazadora de imposibles, solitaria y nómada hasta cuando mis huesos sean polvo mezclado con el viento.
26.4.18
19.4.18
Origami
Los días me plegaron
trazando líneas
Moldeando lo que soy:
efímero papel
donde se anuncian
futuros pliegues
y dobleces
¿Pájaro? ¿Cometa?
¿Flor?
El último segundo
revelará mi forma.
Escribí esto hace tiempo.Hoy hay más pliegues pero aún no sé su forma final.Intento definir un par de alas.
trazando líneas
Moldeando lo que soy:
efímero papel
donde se anuncian
futuros pliegues
y dobleces
¿Pájaro? ¿Cometa?
¿Flor?
El último segundo
revelará mi forma.
Escribí esto hace tiempo.Hoy hay más pliegues pero aún no sé su forma final.Intento definir un par de alas.
7.4.18
Nená Mercedes
La abuela Mercedes va con bastón
a visitar a su nieto.
Él yace en la cama
hace años ya.
Sonda gástrica, pañal
Oxígeno.
Hasta hace poco
sonreía con la música
Se cabreaba con casi todo
Y se resistía a marchar
con uñas y dientes.
La abuela Mercedes
venía a verle
caminando a duras penas
con frío, lluvia, viento...
Y los días de sol
lo sacaba en su silla al jardín
y le cantaba
acariciando su cara.
Hoy parece decidido a volar...
Cuando vuelven los vencejos
en busca de la incipiente primavera.
Y tal vez sea lo mejor.
Dejar el cuerpo torturado
y minúsculo
buscando las estrellas.
La abuela Mercedes
ha aceptado la derrota.
Y yo estoy triste.
a visitar a su nieto.
Él yace en la cama
hace años ya.
Sonda gástrica, pañal
Oxígeno.
Hasta hace poco
sonreía con la música
Se cabreaba con casi todo
Y se resistía a marchar
con uñas y dientes.
La abuela Mercedes
venía a verle
caminando a duras penas
con frío, lluvia, viento...
Y los días de sol
lo sacaba en su silla al jardín
y le cantaba
acariciando su cara.
Hoy parece decidido a volar...
Cuando vuelven los vencejos
en busca de la incipiente primavera.
Y tal vez sea lo mejor.
Dejar el cuerpo torturado
y minúsculo
buscando las estrellas.
La abuela Mercedes
ha aceptado la derrota.
Y yo estoy triste.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)