Los labios rojos y dulces.
Huelo a clavel silvestre.
Los prados segados vibran de chicharras.
Voy por la carretera serpenteante,tramos de sol abrasador,zonas de sombra bajo los altos árboles.
El agua corre allí abajo,en el verde profundo.
Las mariposas me rodean,blancas,bronce alado,negras con ribetes blancos.
Los saltamontes son atletas de musculosas patas y alas índigo.
Mi corazón se expande y canta.
El bosque me rodea y me reclama.
Podría danzar hasta morir de la alegría.
8 comentarios:
Ay... qué envidia!!!
Anda que invitas...
:P
Besos.
Hoy llueve, tu poema es eco de una tarde de verano, la añoro. Me evoca un día de San Juan del pasado, aún no olvidé su brillo.
Precioso.
Un beso.
Muy bello texto, me quedo por tu blog.
Buen fin de semana
Danza, danza... pero no mueras, por fa.
Un beso bailarín.
Mejor morir de alegría y no de pena.
Un abrazo.
Me encanta tu danza de alegriaaaa...me encantaaaaaaaaaaaaaa
Extasis!
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