24.7.19

Camino de montaña

Las manos rojas de cerezas silvestres,grosellas y fresas.
Los labios rojos y dulces.
Huelo a clavel silvestre.
Los prados segados vibran de chicharras.
Voy por la carretera serpenteante,tramos de sol abrasador,zonas de sombra bajo los altos árboles.
El agua corre allí abajo,en el verde profundo.
Las mariposas me rodean,blancas,bronce alado,negras con ribetes blancos.
Los saltamontes son atletas de musculosas patas y alas índigo.
Mi corazón se expande y canta.
El bosque me rodea y me reclama.
Podría danzar hasta morir de la alegría.


8 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Ay... qué envidia!!!

Anda que invitas...

:P

Besos.

Ilduara dijo...

Hoy llueve, tu poema es eco de una tarde de verano, la añoro. Me evoca un día de San Juan del pasado, aún no olvidé su brillo.

Precioso.

Un beso.

Paula Cruz Roggero dijo...

Muy bello texto, me quedo por tu blog.

Trini Altea dijo...

Buen fin de semana

Eva S. Stone dijo...

Danza, danza... pero no mueras, por fa.

Un beso bailarín.

A. dijo...

Mejor morir de alegría y no de pena.
Un abrazo.

Menta dijo...

Me encanta tu danza de alegriaaaa...me encantaaaaaaaaaaaaaa

Unknown dijo...

Extasis!