Perdí mi corazón en el centro de un complejo laberinto y no recuerdo la ruta ni existe un hilo de Ariadna que me guíe. Se comieron las migas los pajaritos y una bruja de dedos largos y huesudos me hunde el índice entre las costillas para ver si estoy a punto y descorazonada irremediablemente.
La vieja se ríe quedamente, sabedora de que mi mal no tiene fin, cazadora de imposibles, solitaria y nómada hasta cuando mis huesos sean polvo mezclado con el viento.
1.12.04
Esto se parece a
tirar al mar una balsa sin tener ni idea del destino.
2 comentarios:
Hola, Dalianegra, muy bonito esto que has puesto, besos.
Bonito y acertado*
Besitos
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