Perdí mi corazón en el centro de un complejo laberinto y no recuerdo la ruta ni existe un hilo de Ariadna que me guíe. Se comieron las migas los pajaritos y una bruja de dedos largos y huesudos me hunde el índice entre las costillas para ver si estoy a punto y descorazonada irremediablemente.
La vieja se ríe quedamente, sabedora de que mi mal no tiene fin, cazadora de imposibles, solitaria y nómada hasta cuando mis huesos sean polvo mezclado con el viento.
9.7.18
Con el permiso de Rufus
Tengo un sueño que perseguir. Emprendiendo mi camino a casa No voy a estar sola.
4 comentarios:
Me gusta.
Mucho.
Gracias.
A veces es mejor estar solo que mal acompañado abrazos
Necesitamos sumar singularidades conscientes para cambiar las cosas. Es difícil, no imposible.
Un beso.
Quiero ver ese bosque!!!
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