11.11.24

R

 Pálido y oscuro

Sometido al inexorable deterioro

de cada crisis,

bailabas sin embargo

una extraña y hermosa danza

con la pelota medicinal.

El hombre te cogió entre sus brazos

y te dejó con delicadeza

sobre la colchoneta azul.

Empujó la gran pelota roja

hacia tu cuerpo.

Tus dedos se movían,

aleteaban,

casi caricia sobre la tensa superficie.

Lejos, cerca, lejos, cerca ...

Solo tus dedos sobre el caucho 

Y el vaivén suave que creó una sonrisa

en ese rostro torturado

de enormes ojos negros.


5 comentarios:

Beauséant dijo...

No debí dejar el yoga....

TORO SALVAJE dijo...

Es un poema tierno que envuelve muchas tragedias invisibilizadas.
Me gusta.

Besos.

Kiffi dijo...

La rehabilitación es una mierda, pero si te tocan profesionales con cierta humanidad o empatía, desde luego es más llevadero.
Espero que sea ficción y estés bien.

DaliaNegra dijo...

Gracias Kiffi, no es ficción pero yo estoy ok
Era una intervención con un chico con un síndrome, una de cuyas características,aparte de la falta de movilidad era el rechazo al contacto físico, y de ahí el poema, yo miraba embelesada la interacción .

Ilduara dijo...

Duele la impotencia al no poder ayudar como se desearía.

Desprende ternura.

Un beso.