Perdí mi corazón en el centro de un complejo laberinto y no recuerdo la ruta ni existe un hilo de Ariadna que me guíe. Se comieron las migas los pajaritos y una bruja de dedos largos y huesudos me hunde el índice entre las costillas para ver si estoy a punto y descorazonada irremediablemente. La vieja se ríe quedamente, sabedora de que mi mal no tiene fin, cazadora de imposibles, solitaria y nómada hasta cuando mis huesos sean polvo mezclado con el viento.
30.3.05
Giróvago
Girando alrededor de un núcleo
voy picando cebollas y lloro
La gravedad casi no existe
Bailo en la cocina
Al tiempo que, en la noche
un eclipse de luna
danza conmigo ofreciéndome
poco a poco
las mejores estrellas
borrosas a causa
de mis lágrimas
Mientras tanto giro
y giro cuchillo en mano.
Como un planeta
fuera de órbita.
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1 comentario:
Las imágenes de este poema me hablan de un arte nuevo en el que se entretejen escenas domésticas y cosmos...Elevación*
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