No hay nada que temer,
es sólo el viento
que ahora sopla hacia el este,
es sólo tu padre..........el trueno
tu madre..........la lluvia
En este país de agua
con su luna ocre y húmeda como un champiñón,
sus muñones ahogados y sus pájaros largos
que nadan, donde crece el musgo
por todo el tronco de los árboles
y tu sombra no es tu sombra
sino un reflejo,
tus padres verdaderos desaparecen
al bajar la cortina
y quedamos los otros,
los sumergidos del lago
con nuestras cabezas de oscuridad
de pie ahora y en silencio junto a tu cama...
Venimos a arroparte
con lana roja,
con nuestras lágrimas y susurros distantes.
Te meces en los brazos de la lluvia,
el arca fría de tu sueño,
mientras aguardamos, tu padre
y madre nocturnos,
con las manos heladas y una linterna muerta,
sabiendo que somos solamente
las sombras vacilantes que proyecta
una vela, en este eco
que oirás veinte años más tarde.
6 comentarios:
Cierto, no hay nada que temer...
Felices sueños.
Me ha gustado mucho.
Gracias.
Dalia, te agradezco de corazón.
Besos.
Precioso.
Un saludo
Tranquilizadora nocturnidad... lo guardaré para las noches de insomnio...
Besitossssssss oscura dalia!!
Que hermoso, gracias me encanto
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