Era la luna llena sobre Marrakech
y las golondrinas volaban en escuadra
trazando en el ocasooscuras coreografías ,
mientras la voz del muecín
entonaba la plegaria
extendiéndola como un manto .
Hoy, lejos ya, mi corazón intenta,
sin éxito
explicarte que a veces
el mundo es un pincel
que te pinta el alma
con alas de pájaros
y lunas enormes
y que lo pierdes
si intentas conservarlo
Que las locas murallas
del palacio Badi
donde reinan las cigüeñas
y el azahar te eleva
embriagador y místico
hacia el azul y el sol,
se fugaron junto al sultán
y su sueño de oro y turquesas.
Y Marrakech solo existe
en los mapas.
6 comentarios:
Hay lugares que sólo existen el los mapas, y lugares que no aparecen en ninguno. Y aún así nada puede ser tan bello como lo describes, eres muy buena.
El poema es magnífico.
Una maravilla.
Las ciudades nunca son lo que esperamos de ellas.
Besos.
Precioso poema, ojalá algún día pueda "visitar" la ciudad como tú lo has hecho. Bicos
Algunos recuerdos son como la arena de la playa, desaparece cuando intentas aferrarla con las manos... una ciudad muy bonita la que describes, quizás la real ya no sea así, quizás nunca lo haya sido.
Hermoso poema. A mí Marrakech me encantó. Tiene magia.
El corazón es el custodio de la felicidad que dirime fronteras.
Un beso
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