Perdí mi corazón en el centro de un complejo laberinto y no recuerdo la ruta ni existe un hilo de Ariadna que me guíe. Se comieron las migas los pajaritos y una bruja de dedos largos y huesudos me hunde el índice entre las costillas para ver si estoy a punto y descorazonada irremediablemente. La vieja se ríe quedamente, sabedora de que mi mal no tiene fin, cazadora de imposibles, solitaria y nómada hasta cuando mis huesos sean polvo mezclado con el viento.
24.4.05
Paradoja
Corre escapando
del cuchillo
y sin embargo
va llegando
al sitio exacto
y a la hora precisa
de su muerte.
La hoja
hendirá tres veces el aire
y el corazón le quitará la vida.
Al latir...
Como estaba previsto.
Esto lo escribí hace un tiempo al leer en los periódicos la noticia de la muerte de Ronny, un chico latino asesinado por una pandilla a la salida del colegio en Barcelona.Pensé entonces en el destino, en si las cosas están determinadas de antemano o no...me resulta tan tremendamente contradictorio e injusto que alguien se traslade de país para que le toque morir violentamente en un sitio lejano...y en este caso más porque se equivocaron y querían matar a otro.Es como si todos los pasos que dió le acercaran inexorablemente a su final.
En realidad es lo que nos pasa a todos, pero a veces es tan tremendo que parece una broma macabra, una carambola de los dioses en un mal día.Ahora están juzgando a los que le mataron, pero nada podrá devolverle sus hermosos pocos años ni su futuro.
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