Perdí mi corazón en el centro de un complejo laberinto y no recuerdo la ruta ni existe un hilo de Ariadna que me guíe. Se comieron las migas los pajaritos y una bruja de dedos largos y huesudos me hunde el índice entre las costillas para ver si estoy a punto y descorazonada irremediablemente. La vieja se ríe quedamente, sabedora de que mi mal no tiene fin, cazadora de imposibles, solitaria y nómada hasta cuando mis huesos sean polvo mezclado con el viento.
24.4.05
Uno de mis poemas preferidos, de uno de mis poetas predilectos.
Hay quien dice que el mundo acabará en llamas
Hay quien dice que congelado
Por lo que sé del deseo
Apoyo a los que defienden el fuego
Pero si tuviera una muerte doble
Creo que ya he visto bastante odio
Para decir que el hielo
Es también perfecto
Para la destrucción
ROBERT FROST
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