Perdí mi corazón en el centro de un complejo laberinto y no recuerdo la ruta ni existe un hilo de Ariadna que me guíe. Se comieron las migas los pajaritos y una bruja de dedos largos y huesudos me hunde el índice entre las costillas para ver si estoy a punto y descorazonada irremediablemente. La vieja se ríe quedamente, sabedora de que mi mal no tiene fin, cazadora de imposibles, solitaria y nómada hasta cuando mis huesos sean polvo mezclado con el viento.
28.4.05
Sin maquillaje
No es un buen equipaje en este viaje la maleta repleta de amor ciego, ni me sirve una agenda cubierta de citas, ni una vieja canción conocida puede ser mi muleta. Ando sola... mi boca no besa, mi noche es desierta, no echo cuerdas que enlacen a nadie.
Me despojo de toda armadura y me meto en el mar a nadar bajo lunas extrañas que nunca se vieron en el cielo normal.
En el tiempo que puntea el reloj no me cabe el deseo, no me importa el silencio, no me aturde la ira.
Los encuentros: en tierra de nadie, en zona de tránsito, sin pagar un peaje por todo, sin derecho al reclamo, sin límites, sin ruinas. Que nos libren de la culpa perpetua, que nos amen sin condición alguna, que queramos sin ponernos cadenas.
Sin embargo, por si hubiera preguntas: no he dejado de amar...y no hay olvido.
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